Miss Sorda Internacional: las chicas que no necesitan oír ni hablar.
- Kamo Mendivil
- 14 jul 2016
- 3 Min. de lectura
Quiero compartir con ustedes un pequeño sinsabor, un pequeño algo al que todavía no le he sabido nombrar, producto de la lectura de una noticia sobre el concurso Miss Sorda Internacional. No pensaba escribir nada sobre esto, pero me ha quedado dando vueltas en la cabeza y quiero compartir con ustedes mis impresiones, esperando que podamos ampliar la discusión sobre el tema. Yo aún quiero encontrar más argumentos, más puntos de vista para seguir reflexionando, así que bienvenidas las opiniones.

Autora: P.nitas en http://www.pnitas.es
El titular “Alexandra Borja, la chica que no necesita oír ni hablar” comenta el gran logro de que una mujer sorda de un municipio del Atlántico represente a Colombia en el concurso internacional de Miss Deaf International. Aquí los enlaces de las noticias:
Las imágenes de la mujer, con poses sensuales en vestido de baño, ha tenido una ampliación de la sesión de fotos con un video muy bien musicalizado. Puede ver el video aquí
Primero leí atentamente la nota, luego el video que muestra el esfuerzo de todo el equipo para coordinar la sesión con, tal vez, la primera modelo sordomuda que hayan tenido. Y tal como lo sospechaba, ensalsaron a la chica por participar en lo que Colombia ha hecho enaltecer como un suceso nacional: los concursos de belleza. Yo confieso a ustedes mi decepción. ¿Cuál es la idea de hacer un concurso de belleza para sordas? Visibilizar a las mujeres sordas? A las discapacitadas? Lamentarnos por su condición?, ¿Qué seria de Alexandra sin el concurso? ¿Qué pasará con ella después del concurso si no gana?
Las personas que viven con alguna discapacidad han demostrado tener múltiples capacidades, pero quien tiene la discapacidad es el mundo que les rodea porque no ha aprendido a entenderles en sus condiciones especiales. Aún así el titular es una muestra más de cómo la feminidad se ha reducido a la erotización y sexualización del cuerpo. Acompañando el titular la foto de la mujer en vestido de baño tendida de medio lado al lado de una piscina. Estoy convencida que Alexandra tiene muchas cosas que contar que posar.
Quién es realmente sordo? quien no escucha o quien no quiere oír? La palabra, en todas sus expresiones, nos enviste de humanidad. En el lenguaje de signos, en el sonido expresado con la voz, nos mostramos como seres capaces de construir una cultura que da significado a todo lo que nos rodea. Alexandra siempre va a tener derecho de hablar y oír con sus sentidos, por encima de su cuerpo, ella como mujer, como ciudadana siempre podrá hacer sentir su voz otorgada por su inherente condición de ser humano.
Y más aún paralizante es conocer un concurso internacional que reúne a mujeres para demostrar su valía en una pasarela. Por qué no demostrar sus capacidades como los tantos casos de hombres y mujeres con discapacidad que se han destacado en la ciencia, el arte, la tecnología, el deporte, la medicina, las ciencias sociales, las humanidades, la política, la economía, entre otras.
Sin duda me sumo a la crítica que han recibido los concursos de belleza por la objetivización a la que llega a convertirse el cuerpo de las mujeres en estos certámenes, por la competencia a la que somete a las mujeres, la posición de escarnio a las que son expuestas por las palabras mal dichas, por la naturaleza de sus cuerpos, por las respuestas risibles a las que son afanosamente obligadas a “pensar rápido” frente a un jurado de millones de ojos que les califica, observa y juzga. Es apenas lógico concluir que no tiene sentido en esta época seguir haciendo estos concursos, y menos uno que reúne a personas con una discapacidad a la que “no se necesita su voz”.
De forma irónica y a la vez imperceptible, surgiría un modelo de mujer “ideal” para una cultura que quiere a las mujeres calladas, fuera de los espacios de opinión, que sólo muestren sus cuerpos para la contemplación de otros, porque no tendría más que aportar que ser un maniquí con un cuerpo diseñado con medidas falsas que excluye a la diversidad de la naturaleza de nuestras anatomías y de las diversas maneras de expresar nuestra feminidad.
Alexandra y todas las mujeres sí necesitamos hablar y oir, siempre, en todas partes, con las formas que tenemos para comunicarnos, sin sentirnos excluidas ni valoradas únicamente por el cuerpo.
Es hora de repensar nuestro papel en lo público, más allá de ser el entretenimiento del público!
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